Diferentes maneras de obtener una oportunidad para contar una historia

Respondiendo  a una pregunta
Después de que alguien o un grupo revele una pregunta o duda sobre algo que esté reflexionando, cuenta una historia que les ayude a encontrar la respuesta a su pregunta o duda.

Pidiendo permiso
¿Te puedo contar una historia?
¿Tienes 15 minutos para escuchar y discutir una historia?
¿Has escuchado la historia acerca de…?
¿Te  gustaría escuchar una historia?

Usándolo como tarea
“Estoy aprendiendo como contar historias y mi maestro(a) quiere que le cuente una historia a diez personas. ¿Estás disponible para ser una de esas diez personas?

Siendo guiado por el Espíritu Santo
A veces el Espíritu Santo nos motiva a compartir una historia con una persona o grupo. Podríamos decir, “hay una historia que creo debería contarte.” Y entonces cuantas la historia.

¡Solo hazlo!
Comienza a contarle una historia a alguien o a un grupo.

Ejercicio de aprendizaje de idiomas
“Estoy estudiando su idioma. ¿Me ayudaría a aprender a contar bien una historia?”

En una situación de forma natural
Nota la situación de una persona o grupo (se hechan la culpa, tienen hambre, tienen exigencias, etc.). Piensa en alguna conección con una historia bíblica. Dí, “esto me recuerda a una historia.” Y entonces cuenta la historia.

Cuando se presente la oportunidad
Cuando notes que la gente actúe de acuerdo a una tradición o superstición, pregunta, “¿por qué hacen eso?” Luego cuenta una historia que los desafíe u ofrezca una alternative a esa tradición o superstición.

Busca a la persona correcta
En cada contexto habrán ciertos tipos de personas que estarán más dispuestas a escuchar una historia bíblica. Puede que sean ancianas, profesores, etc.

Solucionando un problema
Después de que una persona o grupo revele un problema que esté pasando, cuenta una historia que les pueda ayudar a comprender como enfrentar o solucionar ese problema.

Cuando alguien está batallando emocionalmente
“Parece que te estás sintiendo realmente…[con miedo, ancioso, deprimido, etc.]. Me ayuda saber que la Biblia tiene una historia para cada emoción con la que batallo. Pienso en tu situación y me acuerdo de una historia.” Y entonces cuentas la historia.

Intercambia historias
Píde que te cuenten una historia. Escuha atentamente, y luego tú cuenta una historia.

¿Que otras maneras se te ocurren a ti?

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *